1. Ubicación: Coloca la planta en un lugar bien iluminado, pero evita la exposición directa al sol durante las horas más intensas. 2. Temperatura: Mantén la poinsettia en un ambiente con una temperatura entre 18°C y 22°C, lejos de corrientes de aire y cambios bruscos de temperatura. 3. Riego: Riégala moderadamente cuando el sustrato esté seco al tacto. Evita encharcamientos para prevenir el desarrollo de hongos. 4. Humedad: Si el ambiente es seco, puedes pulverizar agua alrededor de la planta, pero evita mojar directamente las hojas. 5. Poda: Al final de la temporada, recorta las ramas aproximadamente a 10 cm para fomentar un nuevo crecimiento. 6. Abono: Durante la primavera y el verano, utiliza un fertilizante líquido equilibrado cada dos semanas para mantenerla sana. 7. Trasplante: Cambia la maceta cada dos años, preferiblemente en primavera, utilizando un sustrato bien drenado. 8. Cuidados invernales: Durante el otoño, reduce el riego y limita la luz a 12 horas al día para estimular la coloración de las hojas superiores. Con estos cuidados, tu poinsettia florecerá con vigor y mantendrá sus colores vivos durante mucho tiempo.